Respecto al trabajo de formación inicial y permanente en la Delegación, hemos procurado apostar por la selección y preparación de las religiosas que realizan dicha misión, y por la autoformación, para que cada hermana se haga consciente de su proceso formativo y lo experimente como una necesidad sentida en su vida como persona y como consagrada.
En el sexenio, hemos realizado varios encuentros a nivel de formación por etapas y en general, buscando así que cada grupo de hermanas se identifique en su proceso, por lo tanto hemos procurado realizar dos encuentros anuales para las junioras, en los que hemos vivido experiencias nuevas de formación personal y comunitaria ya que nos hemos desplazado a zonas netamente misioneras para conocer y vivir la realidad en unidad con las hermanas y personas del entorno social, además hemos participado en los congresos de formación programados por la CRC (Conferencia de religiosos) que nos han ayudado a aterrizar en la realidad actual tanto de la vida consagrada como de la sociedad en general.
En cuanto a la formación permanente siguiendo hemos realizado dos encuentros anuales incluyendo los ejercicios espirituales, además cada comunidad local se encarga de tener formación periódica con la ayuda de sacerdotes, laicos comprometidos y el estudio y reflexión de los documentos enviados desde el Consejo General y la Delegación. Estos encuentros han sido de mucha riqueza para todas y sobre todo motivo de renovación espiritual y fraterna, a su vez hemos hecho dos encuentros anuales para las hermanas que prestan su servicio como animadoras de las comunidades locales con el fin de que se sientan estimuladas, fortalecidas y actualizadas en lo que se refiere al servicio de la autoridad y en los temas que propone la Iglesia y la Congregación para el crecimiento humano y espiritual.
También las Delegadas, en este sexenio hemos participado en los encuentros formativos que propone la CRC para la orientación y organización de las Congregaciones Religiosos con el fin de que todos vayamos creciendo en esa intimidad con Jesús y en nuestro servicio de gobierno sepamos guiar las personas que nos han confiado al encuentro con Jesús que es el mayor deseo que todos nos identifiquemos con El.
Del mismo modo hemos tenido encuentros de formación con el grupo de coordinadores MEL y cada una de las comunidades con temas formativos sobre el carisma y las cartas de comunión enviadas desde el Gobierno General, ha sido una oportunidad muy enriquecedora, fraterna y de crecimiento para todos, que nos han llevado a un compromiso más serio y decidido con la Iglesia y la Congregación.
En este proceso de la formación, hemos tenido la gracia y bendición de Dios de preparar para los votos temporales a nuestras hermanas, Amalia Rosa Iturriago Gutiérrez, Claudia Andrea Llanos Loaiza y Betty Carolina Muñoz Muñoz, que han realizado su etapa de noviciado en México y ha sido una experiencia fundante para cada una de ellas, que nos ha llevado a vivir una oportunidad de encuentro, de celebración festiva de renovación y de estímulo, de alegría y compartir fraterno en compañía de sus familias en la Delegación que nos ha motivado a seguir trabajando por la extensión del Reino.
Hemos tenido también la gracia de poder celebrar el ingreso de varias jóvenes tanto al aspirantado como al pre noviciado, e incluso algunas más que se han animado a realizar su experiencia vocacional, este acontecimiento es un motivo de mucha alegría ya que en cada una de ellas experimentamos el paso de Dios por nuestra casa y nos estimula a seguir orando por las vocaciones.
Después de ver el recorrido que hemos hecho en el sexenio a nivel de todas las etapas de formación, nos sentimos más comprometidas y motivadas a seguir apostando por la formación, ya que debe ser la línea transversal que abarque toda nuestra vida y misión en la Iglesia y la Congregación.